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jueves, 16 de julio de 2009

potestad reglamentaria

García es un hombre sumamente tímido, medio raro y hasta un poco maricón.

García se tiñe el pelo con una coloración idéntica a su color natural y se desviste al lado de una mujer distinta cada mes.

García tiene tendencia a juanete y pies de princesa.

García ve puntitos cuando se cansa y a veces piensa que trabaja demasiado. A García le gusta trotar cuando vuelve de la pega y le gusta comer torta con duraznos en conserva.
La gente estima mucho a García.
Piensan que es un hombre extraordinario, muy extrovertido y tremendamente bien formado.
Su olorcito a macho, dice Henríquez, los hace sentir más hombres.

A García le gusta lavarse los dientes, ser desprolijo y ganarse la vida zurciendo calcetines, siendo proxeneta, vendiendo dulces, vendiendo caro.

A García se le ocurrió ser presidente.

Cáceres podría votar por un tipo como García.

jueves, 2 de abril de 2009

wikipedia


La vida no coagula, la vida no se posa a un lado cortando el paso. No descansa la vida, no se hace costra, no cicatriza nunca. De vez en cuando apura el paso y se desborda, a veces parece sequía en el campo, pero la vida no puede coagular, no tiene reposo, no conoce la hemostasia la vida.

No merece un te estimo, porque no coagula y no se arriesga a desangrarse por un te extraño. Se podría dejar comer por un odio parido, por una fobia a la muerte, por miles de arrebatos a grito pelado. Pero tus finuras, tus lamentos y tus pocas ganas de agarrarte a combos no le sirven para nada.

No coagula pero camina la vida. Como corre necesita te amo, necesita sudor y saliva que pegue en los labios, en todos los labios. Y no cree en los para siempre-la vida-porque no se queda impávida sonriendo bostezos y declaraciones de amor eterno.


Nunca hay futuro en la vida y tampoco se puede enfrascar el momento oportuno, esos son análisis que se hacen después. Menos aún le es posible admitir cordialidad, pues no quiere empates; quiere un fracasado, quiere una violencia inesperada, quiere gente en pelota que obligue a callar.

La vida no coagula, nunca repara, sigue siendo refalín de dolor, de rabia, de miedo, de absurdo, de carcajada, de flecha rellena de placer corriente y vulgar.

No puede sostenerse en seco, puede perder un diente y el equilibrio en una conversación predecible o en una señal de costumbre programada.

Ella revienta, ella necesita el pasionar de una declaración llena de verdades requisitas para despertarse en las mañanas, no para vencerse en las tardes, sí para soñar en frágil y fingir la muerte para no claudicar.
Porque la vida cuando coagula, se muere de una trombosis.

jueves, 19 de marzo de 2009

Buenas tardes caballero, ¿venden pan?.

No, no vendemos pan.

Entonces, ¿qué pueden venderme?.

Nada caballero, lo que pasa es que esta es una casa de agogida para la tercera edad.

¿Y ese cuadro está a la venta?.

¿Ese? No, es una reliquia de la familia que fundó este hogar.

Ah, ya veo. Entonces tampoco me puedo llevar un abuelito.

No señor, está prohibido.

¿Aunque lo cuide, le de de comer y lo haga escribir su historia para hacernos a todos ricos?

No, señor, quizás en algunos años

Pero el abuelito estaría muerto

Es que estaba bromeando, usted también está bromeando. ¿Cierto?

Sí, cierto. Me dijo que no había pan.

No no hay pan

¿Y le queda mantequilla?

Tampoco me queda mantequilla. Es que en tiempos de guerra, usted sabe.

Sí, lo sé, es un mal necesario. Si no existieran las guerras, no tendríamos estados nacionales, por ende no sería necesario un aparataje tan costoso de recaudación de impuestos y de tecnología bélica.

Mira tú, no sabía.

Cosas que leo en el baño. Shampoo no tiene, me dijo?

No, no tengo

Ah bueno

¿Le parece bien que no tengamos shampoo? Usted es de los tipos que le importa un bledo la crisis, es de esos que se lava las manos.

Con shampoo

El con olor a almendra es rico, ¿quiere una?

¿Son sin sal?

Sí, sal ya no nos queda